A mi parecer, para llegar a lo que podría denominarse violencia subjetiva, primero hay que dar una vuelta por la agresividad. Violencia y agresividad no es lo mismo, ambos cumplen roles diferentes, uno más constitutivo que el otro. Es por eso que a mi mente llegan referencias de Lacan (1948) sobre el tema de la agresividad donde el mismo encuentra camino en una relación erótica en que el individuo humano se fija en una imagen que lo enajena a sí mismo, tal es la energía y tal es la forma en donde toma su origen ese organización pasional a la que llamará su yo (pp. 117-118).
Es decir, el individio humano, forma su yo a partir de lo que no es, enajenadose de si mismo a partir de una imagen separada de su entidad corporal. Esta relación es erótica. Y continúa Lacan (1948) al decir que esa forma se cristalizará en efecto en la tensión conflictual interna al sujeto, que determina el despertar de su deseo por el objeto del deseo del otro: aquí el concurso primordial se precipita en competencia agresiva; y de ella nace la triada del prójimo, del yo y del objeto. (p. 118)
Por lo tanto, el individio humano concluye que aparte de un yo tambien hay un no-yo y ese el otro, el otro que cumple su rol como enanjenando al yo. Esta forma de yo enajenada despertará su deseo por el objeto del deseo del otro lo que lleva al concurso promordial de la agresividad. En otras palabras, Lacan refiere que al momento de estar consciente de un “yo”, me doy cuenta que ese otro (ser humano) no es parte de mi “yo”, entonces ese otro quiere lo mismo que yo pudiendo privar del objeto de mi deseo.
De esta manera, intento interpretar que la agresividad no encuentra su camino de la nada, sino de la diferencia con el no-yo. Por otro lado, el origen de la agresividad -sin extenderme tanto- se coloca en lo que Lacan llamaría el imago del cuerpo fragmentado, son las imágenes de castración, de eviración, de mutilación, de desmembramiento, de dislocación de destripamiento, de devoración, de reventamiento del cuerpo.
Es por eso que la agresividad, estimo, no es directa convocada a dañar a ese otro, sino que primero hace su lugar en lo corporal, encuentra un recorrido en la diferencia formalizadora de un yo para después convertirse en violencia. ¿cómo en violencia?
Lo quiero decir es que en la violencia se hace un camino propio, existente, revelador y posibilitador; -como ya veremos- pero es así porque encuentra su propósito en la agresividad, en el fin “digno” de diferenciarme del otro.
Walter Benjamin, a mi parecer, no está alejado del tema de la agresividad cuando se refiere a la violencia; y el lugar fijo que le busca dar en sus argumentos, aunque debo mencionar que sin la lectura psicoanalítica que hice, pensaría que W. Benjamin trata de proponer a la violencia en su papel de funcionalidad como inamovible. Es decir, que la violencia sirve siempre de algo y rompe con la idea de su “no uso” evitando caer en un anarquismo infantil.
Lo pienso así porque lo conjuga con el derecho, siendo este un fenómeno universal y social de gran peso, que hace uso de poderes y como sabemos, al participar del poder este por consiguiente maneja “la verdad”. W. Benjamin propone la idea de la violencia como creadora de derecho y hace un largo recorrido a la crítica de la violencia como necesaria en la sociedad y el cómo podemos de cierta forma validar su posición como medio legítimo para fines justos. Por lo tanto, aquí evidenciamos una violencia objetiva.
Pero se pone interesante cuando W. Benjamin propone la diferencia irremediable de la violencia sea esta legítima (violencia objetiva) o ilegítima (violencia sin objetivo) con un fin justo. Para esto él menciona que la noción de lo jurídico quedaría indisoluble. Sin embargo, me hace concluir que el derecho no sería sin la violencia y la violencia sin propósito no tendría validez y que precisamente, el deber de la crítica en esta situación es una especie de juego de tetrix infinito en donde tenemos que acomodar las piezas que venga para buscar constantemente un mejor orden. Porque entiendo que la violencia es intento de relación, un intento de orden, una creación de derechos y por lo tanto de un deber. Visto desde lo jurídico, claro está.
De esta manera, me queda la siguiente duda. W. Benjamin propone soluciones no violentas pero que encuentran su razón en lo subjetivo (amor, amistad, etc.), inmediatamente menciona que la manifestación objetiva de la violencia está en derecho, pregunto, ¿Cuál sería la manifestación subjetiva de la violencia? ¿La violencia subjetiva tendrá algún lugar útil, aunque tenga un fin justo? ¿Se la puede justificar del mismo modo que se justifica a la violencia creadora de derechos?
Pienso que no. La violencia subjetiva tiene características particulares en sí. Pienso que está a nivel del lenguaje, de la lengua, del discurso, del enunciado/enunciación, de la palabra y toda su interpretación. Si de por sí, el lenguaje es un hecho social y subjetivo, por lo tanto, todo lo que está a nivel de la lingüística puede verse influido también por relaciones de poderes, autoritarismo y violencia.
Pienso que hay algunas formas en las que se puede evidenciar la violencia subjetiva, lo particular es que no es tan notoria como la violencia física. Como por ejemplo la manipulación, los rumores, bromas hirientes, etc. Incluso el pensar el ser «directo» o «decir las cosas sin filtro» como comúnmente se dice, se puede correr el riesgo de cometer violencia subjetiva. En el manejo de las palabras también existe un sentido de la responsabilidad.
Termino con un dicho de Lacan que cae muy bien: «Usted puede saber lo que dijo pero nunca lo que el otro escuchó» y en cierto sentido, el lenguaje de por si es equívoco, jamás sabremos como el otro recibió el mensaje, sabiendo esto, se debería hacer un esfuerzo en cómo trasmitimos las palabras. En fin, la violencia subjetiva puede ser el principio de una violencia objetiva.
Benjamin, W., Para una crítica de la violencia, https://www.philosophia.cl/biblioteca/Benjamin/violencia.pdf
Lacan, J., Escritos de Lacan 1, https://espaciopsicopatologico.wordpress.com/wp-content/uploads/2017/02/escritos-1-jacques-lacan.pdf