LA MEMORIA ES UN MONSTRUO

VOZ:
La memoria es un monstruo

(Pausa. Mira la tumba de su padre.)

¿Por qué monstruo? Porque es la mezcla de dos naturalezas:
la tragedia desnuda —judíos, atentandos, dictaduras, fosas y padres muertos—
y la esperanza que el artista obliga a nacer de las cenizas.

(Lleva su mano al bolsillo. Saca un objeto)

Traer el pasado al presente duele.
Pero visitar la tumba de mi padre lo hace visible.
Como un espejo que devuelve no solo el horror,
sino la posibilidad de re-escribirlo.

(Aprieta el objeto contra el pecho.)

Hoheisel lo sabía.
Cuando pedía a las personas que llevaran objetos del dolor,
no quería reliquias muertas…
quería conversaciones.
¿Qué pasa cuando tocamos lo que nos rompió
y le damos otro significado?

(Se inclina y deja el objeto en la tumba de su padre)

«¿Siguió siendo el mismo objeto?»

(Ríe amargo.)

No.
Porque la memoria no es estática.
Es un río donde nadamos,
donde rescatamos los fragmentos que más nos ahogan
y les damos un nuevo lugar.

(Silencio.)

(Se levanta y se limpia las lagrimas)

Esto no es solo visitar a mi padre.
Es más profundo:
es sanar sin borrar.
Es hacer del monstruo
algo propio.

(Su esposo le toma mano. Se abrazan.)

FIN.

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