¿Cuál es el sentido del sacrificio? 

Interiorizar sobre el sacrificio verdaderamente me ha dejado en jaque, me ha costado mucho entenderlo… casi 3 años desde una primera lectura en donde resonaba en mi levemente que el sacrificio que veía muchas veces en las personas más cercanas a mi realmente no se sentían como sacrificios. Zizek viene y me dice -en su libro el Títere y el enano- que el sacrificio sirve para engañar; le creí pero no le entendí. Sin embargo, después de vivir varias experiencias y adicional a eso volver a leer el mismo texo, me ha dejado por un momento deshabilitado. Entiendo que no lo entendía porque había una parte de mi propia narrativa que no se articulaba a lo que Zizek trata de mencionar en su texto, pero ahora con algo de suerte puede ser que lo entienda ¿mejor?. Veremos que pasa. 

Ahora, cuando se refiere al sacrificio se lo puede abordar de formas que muchas veces causa confusión. Por ejemplo ¿El sacrificio es lo mismo que la empatía? No es lo mismo, la empatía puede ser vista como algo menos manipulativo y menos perverso que el sacrificio. La empatía es un pilar necesario y fundamental en la construcción de una sociedad. Según el escritor Eduardo Punset se trata de la capacidad cognitiva de percibir lo que otro ser puede sentir, de interpretar sus necesidades; la habilidad social que nos ayuda a relacionarnos y convivir. 

Pero además, la empatía puede ser abordada desde un nivel pragmático que ayuda al acercamiento de otras sociedades con el objetivo de poder entenderlas y enriquecerse intelectualmente con su cultura. Según el Máster en Antropología Social Práctica Jordi Ferrus propone que la empatía es necesaria en el trabajo de campo en la investigación etnográfica (el estudio de culturas, sociedades y grupos humanos) para establecer relaciones de confianza con las personas sujeto de estudio. 

Sin embargo, lo que interesa de la empatía en relación al texto de Zizek es que permite que la alteridad de las personas salga a la vista. Es decir, pensar en otra persona que no sea en si misma es la clave fundamental y necesaria para el levantamiento de una civilización. Aunque es importante no olvidar que todo pragmatismo utilitario siempre puede rozar y concretarse en inmoralismo. ¿Pretendo estar interesando en el otro para asi obtener lo que me interesa? El punto esta en qué es lo que realmente interesa. Se lo podría profundizar en otro texto. 

Entonces, volviendo al punto y aclarado la empatía, queda por abordar lo que significa el sacrificio. E interesa mucho analizarlo desde un punto en donde se lo pueda observar desde una noción seca y al desnudo. El antropólogo y sociólogo francés Marcel Mauss dirá que en el sacrificio se tiene: 

características de un espectáculo dramático: alguien destruye a algo o a alguien a la luz del día y a la vista de todos. No debe romperse la continuidad ni hacerse en desorden: el azar se encuentra de aquí rigurosamente proscrito. Es un acto cien por ciento religioso, hecho con una confianza total en su eficacia. Resulta inefablemente solemne este momento, porque es un crimen y “una especie de sacrilegio” lo que va a tener verificación. 

El sacrificio tiene su metodología y por lo tanto sus consencuencias. Requiere de total compromiso y astucia por parte de las personas que lo aplicarán. Al ser dramático o teatral quiere decir que busca ser visto y crear en las personas que lo observan y participan una especie de llamado vincular. El sacrificio desde esta perspectiva busca unir, busca un resultado, buscar llegar a algo por medio de la muerte y obtenerlo. De ejemplo tenemos a los aztecas que realizaban sacrificios humanos para que el sol no se apagara o el dios del cristianismo que dio a su hijo como sacrificio a cambio de perdonar los pecados de los humanos –y buscar que creyeran en él-.

Entonces, volviendo a Mauss, el dice que de lo que se trata -sobre el sacrificio- es de hacer de la muerte una fuerza y a esa fuerza canalizarla o dirigirla en un sentido bien determinado; hay que limitarla y domesticarla. Pero ¿por qué volver a la muerte una fuerza? Es evidente que el sacrificio entra en una dinámica de relación de poder. Pensarlo desde esta perspectiva invita a cuestionar si el sacrificio verdaderamente es un “dar todo y no recibir nada”. En cambio sería más pausible pensar que el sacrificio toma toda su importancia cuando lo que das es invaluable. No tiene valor, no esta a la venta, no es para mostrar.  Por lo tanto nada de lo que recibes recompesará lo sacrificado. Es decir, la persona que se sacrifica jamás será recompensada y ya.

Pero ¿cómo deja esto al “beneficiado” del sacrificio? Aquella persona por la que alguien se sacrifica estará en una deuda eterna, imposible de pagar. Siempre buscando pagar y fracasando constantemente en el acto porque lo que se le ofreció era invaluable. Es importante pensar si esta noción no puede acaso usarse como una artimaña de manipulación constante.

Por lo tanto, es necesario presentar al sacrificio como una figura metafísica de poder. ¿Qué quiere decir esto? Las personas pueden usar el sacrificio para su propia conveniencia. Ahora, no se refiere en este caso a las personas que sacrifican a otras personas sino de las personas que se sacrifican a si mismos. Este tipo de personas pueden usar el sacrificio a nivel utilitarista para obtener algo más allá de la materialidad, algo metafísico y esto puede ser la obediencia, la lealtad, el compromiso, la responsabilidad, incluso el amor. Pero si el sacrificio puede ser utilitarista y caer dentro de una narrativa de poder, ya no se estaría hablando de verdadero sacrificio. ¿Entonces de que? Zizek plantea algo llamado el sacrificio fingido el cual se trata de fingir una perdida. Pero ¿Qué tipo de perdida? La perdida de lo invaluable y ¿esto se puede fingir? Zizek plantea que si. Fingir la perdida es ocultar a la mirada del Otro su posesión

Este Otro con mayúscula no es el otro de carne y hueso, este Otro es una parte de la propia subjetividad. Es la propia narrativa. Por lo tanto, el sacrificio fingido a asi mismo es para montar el espectáculo de la busqueda desesperada del objeto invaluable. Muy parecido al sacrificio especificado por Marcel Mauss cuando se refiere a “espectáculo”. ¿y cuál es el proposito de esta artimaña dirigida a la propia subjetividad? El no realizar el verdadero sacrificio, esto es, no dar lo que cada quien considera el objeto invaluable. 

La cuestión es que en un principio se vuelve difícil diferenciar entre el sacrificio y el sacrificio fingido porque lo fingido no es al otro, es así mismo. La persona cree rotundamente haber sacrificado algo. Miente a su propia historía, a su propia narración. Tambien, es consirable pensar que a traves del tiempo el sacrificio fingido cae. Y se evidencia cuando en reproches excesivos, en actitudes culpabilizantes, sintiéndose de manera que la insatisfacción propia es causada a propósito por los demás y más.

Finalmente, el sentido y mi propuesta de un sacrificio – un verdadero sacrificio -es que aquel no busca ser sabido por otros. Es aquel que el Otro si supo. Que se enlaza con la propia historia y evoluciona la narración. El verdadero sacrificio es aquel que se responsabiliza del poder metafísico que produce y se hace cargo de las verdades y saberes que puede crear este mismo acto. 

Mauss, Marcel. (1971).  Lo profano y lo sagrado, Barcelona, Barral.

Montesinos, M. (2014, noviembre 19). La empatía, clave en antropología social. Máster Universitario en Antropología Social Práctica; Universidad Miguel Hernández de Elche. https://masterantropologiapractica.umh.es/2014/11/19/la-empatia-clave-en-antropologia-social/

Zizek, S. (2011). El titere y el enano: el núcleo perverso del cristianismo. Buenos Aires, Paidos. 

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *