El síntoma freudiano

Freud bien propone el síntoma de manera diferente, y me gusta que introduce el significante “leer” como si las personas que nos causa esto del psicoanálisis tuviéramos que aprender a leer algo ahí en el síntoma en donde otras personas -por ejemplo médicos- lo tachan de eliminable.

Freud distancia la lectura común del médico de la lectura del síntoma que hace el psicoanalista, de manera que este le proporciona un sentido diferente. Sin embargo, esto no quiere decir que los médicos no hayan proporcionado un sentido al síntoma del sujeto, el sentido que proporciona el médico al síntoma es del rechazo, el de la eliminación, algo que se debería descartar mediante «la cura». Pienso que Freud -en sus comienzos- trata de darle otro sentido al síntoma. Este sentido radica, pienso yo, que la existencia de esto que causa sufrimiento tiene un fin y una justificación en sí mismo en su existencia. En estos comienzos, Freud, observa que, ante las limitaciones del discurso médico, el síntoma se puede leer de forma histórica y no solo presente. 

Ahora, cuando se piensa en la formación del síntoma, el enlace con la fantasía -según Freud- es necesario para que devenga en síntoma porque es en la fantasía donde adquirirá un lugar de potenciamiento. Es así que la formación del síntoma se basa en el redireccionamiento de la libido a estados fijos de precedencia histórica catalogadas como vivencias infantiles y vivencias sexuales infantiles. Dicho esto, pregunta Freud ¿cómo encuentra la libido el camino hacia esos lugares de fijación? Pues por medio de la fantasía, siendo este un estadio intermedio del camino hacia la formación del síntoma.

Por último, me referiré a que esta cuestión de la fantasía como elemento del síntoma que estudia el psicoanálisis se distancia aún más del síntoma médico. Precisamente porque el médico no quiere saber nada de la historia que está detrás del síntoma, caso contrario, Freud si se dedica a querer saber, aunque haya cierta resistencia entre la realidad y la fantasía, pero replica que ellas -las fantasías- poseen una suerte de realidad. Ellas poseen una realidad psíquica, por oposición a una realidad material, y poco a poco aprenderemos a comprender que en el mundo de la neurosis la realidad psíquica es decisiva. 

Freud, S. (1991). Conferencias de Introducción al Psicoanálisis números 17, 23. Obras Completas Tomo XVI. Buenos Aires: Amorrortu, 1916-17.

Un comentario

  1. Excelente lectura, para empezar a entender el por qué de las fantasías y el valor intrínseco que tienen en el día a día. Y que al final dentro de ellas hay preguntas del por qué fantaseo con ello pero también oculta respuestas

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